Inicialmente, la certificación energética sólo era obligatoria para los edificios de nueva construcción pero a partir del 1 de junio de 2013 también es obligatorio en edificios existentes. La Directiva 2010/31/UE, de 19 de mayo, establece como obligatorio expedir un certificado de eficiencia energética para los edificios o unidades de estos, que se construyan, vendan o alquilen. El RD 235/2013, de 5 de abril, recoge el contenido de la Directiva Europea, adaptándolo a la legislación española. Esta nueva certificación energética supone un paso intermedio ante el objetivo de conseguir la construcción de edificios de consumo energético casi nulo a partir del 31 de diciembre de 2020.